viernes, 27 de noviembre de 2015

SOLUCIÓN AL ABORTO

En realidad, el aborto no es nunca solución, sino sólo el inicio de un drama profundo que puede durar años y años en lo más íntimo de las conciencias.
Las únicas “soluciones” que embellecen la vida humana son las que nacen del amor. Un amor que siempre acoge, defiende, cuida, da lo mejor de uno mismo al más débil, al más necesitado, al más frágil. Un amor que dice “sí” al hijo y a su existencia maravillosa. Un amor que encuentra energías para decir “no” a presiones miserables o a miedos profundos. Un amor que sabe asumir la propia responsabilidad y hacer todo lo humanamente posible en favor de la creatura que ha empezado a existir entre los hombres.
La mejor alternativa al aborto está en una sociedad más madura y más buena. Una sociedad que eduque a los adolescentes y a los jóvenes en la hermosa virtud de la pureza. Una sociedad que nunca permita el desprecio hacia los enfermos o los débiles. Una sociedad que sepa garantizar la igual dignidad del hombre y de la mujer, del niño o del anciano, del no nacido y del que nace con graves defectos físicos, del rico o del pobre.
Todos podemos hacer mucho para ayudar a la mujer embarazada a no dar un paso hacia ese aborto que produce tristezas tan profundas. Existen muchos medios para que su corazón materno se ensanche y viva en plenitud ese deseo que no puede ahogar: hacer el bien al más cercano, al más íntimo, al más inocente de entre los humanos: ese hijo que crece en sus entrañas gracias a la vida y a la esperanza de su madre.

martes, 10 de noviembre de 2015

EL ABORTO UN PROBLEMA ÉTICO


INTRODUCCIÓN

Día a día se cometen abortos en el mundo contándose por millones incluso, este fenómeno ha ido mermando a la opinión pública y a instituciones que sus idearios oficiales han ido en pro del retroceso en materia de la legislación sobre el aborto en muchos países del mundo. No hay duda que se tienen que tomar medidas drásticas ya no para solucionar un problema que tiene raíces de sobra, sino para regularlo y hacerlo más benéfico para las mujeres que arriesgan la vida, al hacerlo clandestinamente.


Hoy por hoy, más que nunca es indispensable salvaguardar la vida humana primero la que está ya hecha, es decir la de las mujeres, las que darán a luz, pero cuando sea el momento y estén preparadas, por eso nunca serán suficientes los intentos que se hagan para lograr unas leyes más justas para todos y para las mujeres, pues ellas son iguales ante la ley, teniendo los mismos derechos y obligaciones que los hombres, así pues el aborto como un crimen, se necesita prevenir.
EL ABORTO UN PROBLEMA ÉTICO



 
Aborto es una palabra de origen latino (ab-orior) que significa fallar en el intento, en el origen, y también morir, extinguirse, etc. Así, por ejemplo, abortar un crimen significa cortar o interrumpir el flujo de acontecimientos que darían lugar a la ejecución de un crimen. Este significado se ha ido restringiendo, poco a poco, hasta hacer referencia, sobre todo, a la interrupción del desarrollo de un embrión o feto, interrupción que impide que éste llegue a ser aquello a lo que está destinado: un ser vivo independiente, biológicamente hablando, del cuerpo materno, límite que se suele considerar dado en el nacimiento. Se sobreentiende, en tal caso, que el aborto no es simplemente una interrupción del embarazo, provocando un adelanto del parto (parto prematuro), sino una interrupción que provoca la muerte del producto de la concepción. Aunque existen diferentes tipos de aborto  el aborto voluntario (ya sea directo o indirecto) y el involuntario (bien por motivos naturales, o bien causado por accidente humano), (Eugenésico, terapéutico, espontáneo, etc.), desde el punto de vista de la responsabilidad ética (y moral), cabe hablar tan sólo de un tipo de aborto: el aborto voluntario (ya sea directo o indirecto).

Si sobre el problema legal o moral del aborto se está hablando, es claro que me refiero, de primera intención, al aborto provocado voluntariamente.

El controversial tema del aborto hoy en día ha dejado de ser una norma. El aborto no es algo que se haya comenzado a realizar en nuestros días, aunque sí ha incrementado con el tiempo y las legalizaciones alrededor del mundo. Esta práctica remonta hasta la Antigüedad y hoy en día. Existen muchos métodos abortivos que varían según la semana de gestación. Sin embargo todos conllevan al mismo fin: provocar la muerte de un no nacido. Un método no es necesariamente mejor que otro, puede ser simplemente menos riesgoso para la mujer. Sin embargo, el problema del aborto está inmerso en una gran controversia ideológica y religiosa que se basa en reconocimientos y valores no aplicables a la realidad social que viven las mujeres de hoy en día. Así pues, los principios éticos, morales, filosóficos y religiosos sirven para reflexionar y evaluar estos valores, adaptándolos al contexto actual, a la vez que sirven al legislador como una guía de acción ante problemas morales.


Mi opinión es que esa vida incipiente merece el mismo respeto que cualquier otra vida humana, y que la ignorancia que puede existir sobre el status real de ese producto de la concepción no justifica, por sí mismo, el aborto, sino todo lo contrario (en caso de ignorancia, lo propio es no actuar). El único caso que justificaría poner en peligro esa nueva vida sería aquel en el que existe una seria indicación terapéutica, donde está en peligro la vida de otro ser: la de la madre. Cualquier otro motivo lo considero insuficiente, como el económico, social, etc., primero por no ser adecuada la intención al mal que se podría estar realizando y, en segundo lugar, porque no se puede considerar estos motivos una razón terapéutica (no hay que olvidar que, salvo en casos de fuerza, el embarazo es consecuencia prevista, deseada o no, de un acto realizado libremente). (Cárdenas Marly).
El aborto en la sociedad colombiana está siendo tomado desde varias visiones; una es, la que la iglesia católica desea implantar: el "abortar es un pecado", otra la que juristas y políticos consideran: "el aborto es un atentado contra la vida". Ahora bien, ante estas concepciones debemos tener en cuenta que según nuestra constitución somos un Estado Laico y somos libres pero ¿hasta cuándo y cuándo lo somos? es la pregunta. Si una mujer dada una situación tiene un embarazo de alto riesgo y ve comprometida su vida es posible que aborte o cuando es violada y queda embarazada; en última consecuencia si queda embarazada sin planificarlo y desea abortar. Estas son situaciones que miles de mujeres viven a diario en el mundo pero en Colombia es un tema que apenas se discute y no se le da la importancia. En este orden, pienso que el aborto no debe ser un problema de Estado más bien es un tema personal, cada quien es libre y dueño de sus actos. (Obando Neyder).


EL ABORTO: PROBLEMÁTICA QUE NOS AFECTA A TODOS



La consideración ética de lo que llamamos aborto y también interrupción voluntaria del embarazo viene dada por los dos aspectos de lo que en la realidad ocurre:

La mujer está embarazada, y deja de estar embarazada

El embrión o feto que la mujer lleva en su seno muere.

Excluir una de las dos, independientemente de la valoración que se le dé, supone un error en la valoración ética de lo que se lleva a cabo. De hecho en la sociedad se suele utilizar uno de los dos términos según el aspecto que se quiera remarcar: el hecho de interrumpir el embarazo, o de abortar. No parece encontrarse un término que abarque simultáneamente las dos realidades.

En la secuencia biológica de los hechos, lo primero que nos encontramos es que la presencia del embrión o feto, produce que la mujer esté embarazada, lo segundo el reconocimiento del embarazo, a continuación la decisión de acabar con él, y para ello acabar con la vida de ese feto. Por tanto también bajo el aspecto lógico hay que considerar que producir el aborto tiene como fin interrumpir el embarazo.
La participación en la decisión de legalizar o no el aborto es evidente que debe llevarse a cabo en el ámbito democrático, y con el respeto que cada persona merece, y en un ámbito de tolerancia.


La interrupción voluntaria del embarazo es una acción que no se ejecuta primariamente sobre la embarazada, sino de forma directa sobre el feto y sólo transeúntemente sobre la embarazada. Es decir, no se deja de estar embarazada sino mediante la producción de la muerte del feto. Esta es la primera acción que se lleva a cabo aunque lo que se quiera finalmente es detener el embarazo. Por ello no se puede valorar éticamente el hecho y la utilidad de poner fin al embarazo, sin considerar el valor ético de la muerte del feto, es decir del aborto. (Rivera Claudia).

viernes, 6 de noviembre de 2015

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

·         Guttmacher, Institute (2010). Aborto a nivel mundial.
·         Vicente Bellver Capella (mayo 2013). Un territorio común para seguir hablando del aborto

·         Referentes bibliográficos requeridos unidad 2, ética, www.unad.edu.co